Si eres padre de un niño pequeño, seguramente más de una vez, tendrás que pararte a contar hasta diez, antes de gritarle o de zamarrearlo.
Y es que los niños en muchas oportunidades pueden llegar a sacar de quicio hasta la persona más paciente.

El castigo físico, es una forma de maltrato infantil
Pero de nada sirve que le grites o lo maltrates verbal o físicamente, ya que además de sentirte mal tú, el niño no te obedecerá por más que le grites o le pegues, y en cambio, le estarás ocasionando conflictos emocionales que pueden dificultar su relación con los demás.
El castigo físico, no es bueno, por varios motivos, veamos los más importantes:
* Provoca un comportamiento agresivo: un niño que es golpeado, aprende a golpear a ser agresivos con otros niños y con los adultos
* Puede provocar rebeldía en los niños: los chicos que reciben castigos físicos, son más propensos a rebelarse contra sus padres
* Puede insensibilizar a los niños: los niños maltratados físicamente, pueden insensibilizarse ante ciertas sensaciones de su cuerpo, tales como el hambre, la fatiga o el dolor.
* Puede llevar a problemas emocionales como: depresión, ansiedad, abuso de drogas
* Provoca dificultad en el niño en su relación con los adultos
* Conduce a la mentira y al engaño: el niño para evitar el castigo, opta por mentirle a sus padres, acerca de algunas cuestiones que pueden resultar conflictivas
* Puede provocar temor y rechazo hacia los padres: siendo más propensos a abandonar la casa paterna a más temprana edad
* El castigo físico no da resultado como método para disciplinar, enseñar e inculcar valores a en los niños

Buscar alternativas para fijar los límites en los niños
A todo esto, te preguntarás ¿entonces como hago para ponerle límites a mi hijo?
La respuesta es ir buscando alternativas. Si bien es un camino más difícil, es el más adecuado, y a largo plazo, más beneficioso para padres y niños.
Aquí van algunas pautas, que te pueden ayudar en el duro camino de aplicar límites a tus niños:
• Bríndale elecciones, antes que órdenes: las elecciones le brindan poder a los niños. Por ejemplo, pregúntale: ¿Te gustaría lavarte los dientes antes o después de ponerte el pijama?
• Haz un trato, negocia: Si tu hijo no quiere retirarse del lugar en donde se encuentra, llega a un acuerdo con él. Por ejemplo, te tiras tres veces más del tobogán y luego nos vamos.
• Bríndale información y fundamentos: si tu hijo colorea la pared, explícale porque motivo, no debe hacerlo y porque debe utilizar el papel.
Espero que estos consejos te ayuden en este largo transitar de fijar los límites. ¡Mucha suerte!
Fuente: Awareparenting
Fotos de thejbird
diana
yo le doy nalgadas a mi hijo o azotes y el ha cambiado ahora se porta mucho mejor, no hay que darles mucho pero de ves en cuando no hace ningun daño, tampoco digo que les dejen el culete morado por ahi unas tres nalgadas sirven mucho