Un curioso estudio muestra la relación entre las mentiras infantiles y el éxito en la vida, pero hablamos de mentiras infantiles a edades tempranas, un niño con dos años que sea capaz de decir una mentira tiene más posibilidades de tener éxito en la vida y la explicación es bastante sencilla. Una mentira requiere diferentes procesos cerebrales en los que están implicados aspectos como la manipulación de datos en beneficio de uno mismo o la integración de diversas fuentes de información, un proceso que delataría la capacidad y el desarrollo cerebral de un niño a esa edad.
Para llegar a la relación entre las mentiras infantiles y el éxito en la vida, los expertos del Instituto de Estudios sobre el Niño de la Universidad de Toronto, realizaron una investigación en la que estudiaron a 1.200 niños con edades comprendidas entre los 2 y los 16 años de edad. Según los expertos, todos los niños dicen mentiras, pero hay diferentes tipos de mentiras y las mejor elaboradas y estructuradas las realizan los niños con habilidades cognitivas más desarrolladas. No hay que pegar nunca a un niño y tampoco regañarle, en cambio hay que intentar sacar el lado positivo de esas mentiras e intentar explotarlas como armas de la educación.
Según los expertos, los padres no deben alterarse o alarmarse si su hijo dice alguna mentira, especialmente si son muy pequeños, ya que están demostrando tener una mente despierta y con gran capacidad que logra esconder la verdad tras una exposición falsa y convincente. Según los expertos, la edad a la que los niños son más mentirosos sería a los 12 años, pero son procesos naturales que deben ser conducidos, poco a poco el niño deja de decir mentiras, es a partir de los 16 años de edad cuando la tendencia a decir mentiras empieza a decaer.
Por otro lado los expertos aseguran que no existe vínculo entre las mentiras que se puedan decir en la infancia y las posibles tendencias a ser en edad adulta unos estafadores o tramposos. También indican que los jóvenes terminan aprendiendo a utilizar las mentiras como una forma piadosa para evitar herir sentimientos, lo que se denomina mentiras blancas.
El estudio realizado consistía en sentar uno a uno a los niños en una habitación con cámara oculta y colocar un peluche detrás de ellos, seguidamente el investigador salía de la sala indicando antes que no debían mirar o tocar el peluche. Posteriormente se les preguntaba a los niños si habían mirado lo que había detrás de ellos y casi todos decían que no a pesar de haber mirado (9 de cada 10 lo hicieron). Se realizaron algunas pruebas más, sin embargo, y en nuestra opinión, son mentiras construidas sobre la curiosidad y no terminan de avalar los resultados ofrecidos, quizá serán necesarias nuevas investigaciones y utilizando otro tipo de contextos. Por cierto, sería interesante retomar la lectura del post Mentiras y progreso intelectual en los niños.
Nos ha resultado sorprendente que los expertos indiquen que los niños que a una pronta edad logran estructurar mentiras podrían ser los banqueros del mañana (¿se referirán a la inteligencia?). Puedes conocer más detalles del estudio a través de la publicación digital Telegraph.
Foto | Department for Children, Schools and Families
Tiger-Rocker
El ser banqueros no es nada halagador, baste saber que ellos fueron los causantes de las ultimas crisis económicas. Solo aplican su inteligencia para un bien personal. Un banquero de verdad es una persona tramposa y sin escrúpulos (aunque no todos claro, los altos ejecutivos sí lo son), las conclusiones de estas investigaciones no me parecen muy éticas.